SOBRE LA ALIMENTACION DEL BEBE

En mis años de amistad con tantas mamás a lo largo y ancho de todo el mundo, he aprendido que lo que en un país está totalmente prohibido a una determinada edad es lo más común en otro.

Es el caso, por ejemplo del bróccoli, que en muchos libros y páginas web [serias] con recetas para chicos lo usan a partir de los 6 meses y acá no se recomienda hasta después del año, por lo tanto, las recetas que tengo en este blog son para ser usadas de acuerdo con lo que el pediatra indique como posible alimento para cada chico en una determinada edad.

martes, 7 de octubre de 2008

El problema de los que comen a partir de sus emociones

La vida esta llena de emociones positivas y negativas, como el nacimiento de un hijo, la muerte de un ser querido, o emociones mucho más comunes que se pueden tener en el día a día como el amor o el odio. Lamentablemente las negativas influyen más en nosotros que aquellas que nos causan alegría o placer.

Desde chicos se está expuesto a emociones, pero todos tenemos diferentes formas de comportarnos y de reaccionar ante ellas. Con el paso de los años, cada persona aprende a manejar estas emociones de forma diferente, lo cual se manifiesta en la forma de actuar.

Esta forma de actuar es impredecible, se puede ver en las personas que se dejan llevar por sus sentimientos. Algunas si están contentas y le ponen un plato de comida en frente, pueden ser que se incline a comerlo, o por el contrario si están tristes, pueden dejar de comerlo o hacerlo en mayor medida.



Sobrepeso emocional

La relación entre el peso corporal y las emociones es muy fuerte; el sobrepeso crea conflictos emocionales como ansiedad o depresión, así mismo, la depresión y la ansiedad pueden llevarte a subir de peso.

Muchas personas, sienten un impulso irresistible de comer en cantidad, y no pueden resistirse ante un plato de comida, sobretodo cuando están sometidas a estrés, enojadas, ansiosas o frustradas. A estas personas se les llama comedores emocionales.

Si comes ansiosamente un plato de comida cuando estás sometido a estas situaciones podes, sin darte cuenta, ingerir una gran cantidad de calorías y, lógicamente, subir de peso. Es importante aprender a controlarte y no dejar que los sentimientos te controlen.



¿Sos un comedor emocional?

Responde este pequeño test y si contestas afirmativamente a más de cuatro de las siguientes preguntas, podes ser considerado un comedor emocional.

¿Siempre que comes dejas el plato vacío?
¿Comes sin tener apetito?
¿Cada vez que miras televisión te da hambre?
¿Comes sin control un alimento que te gusta?
¿Si estás enojada, triste, solo, o aburrido, te refugias en la comida?
¿No sabes reconocer si lo que sentís es hambre o un simple antojo?
¿Después de haber comido mucho, te sientes arrepentida?



Consejos para controlarte

Date tiempo para estar a solas. Aprendé a escuchar pensamientos y sentimientos.
Cuando te sientas estresado o decaído y sientas ganas de calmar la tentación con un bocado de comida, te recomendamos que pares por unos segundos y pienses sobre lo que estás sintiendo, y si realmente comer es la solución a tus problemas. Prepararte mentalmente, te ayudará a comer de forma moderada y equilibrada.
Cuando sientas antojo, preguntáte si realmente tenés hambre y cuando fue la última vez que comiste. Si no estás segura, espera unos 20 minutos y hacéte la pregunta nuevamente.
Sentáte siempre a comer en la mesa, evitá ver televisión cuando estés comiendo, ya que no te vas a dar cuenta cuando estés llena o satisfecha.
Lleva un diario y anota todo lo que comes, las cantidades que consumiste, donde comiste y como te sentías emocionalmente en ese momento.
Hace una lista de actividades que desvíen la atención por la comida, como por ejemplo: llama a un amigo, lee un libro, salí a caminar, date un baño etc.
Acordáte que lo mejor que podes hacer es ejercitarte, practica algún deporte que te guste como yoga, taichí o cualquier ejercicio relajante.
Nunca vayas de compra con el estómago vacío, esto hará que compres sólo alimentos altos en calorías, en cambio, si te da hambre espera un rato prudente para que se te pase la sensación y luego salí a hacer tus compras.
Una vez que termines de comer, pensá que comiste saludablemente y que no necesitas llenar tu estómago para sentirte bien. Recompénsate diciéndote a ti mismo lo bien que lucís, arréglate más de lo acostumbrado. Piensa que tu salud está mejor que nunca y que tus malestares mejoraron.


Fuente:
www.minutouno.com

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